lunes, 19 de octubre de 2009

Lugares comunes a lo patojo

A raja tabla
¿Sí han visto cómo se raja una tabla?  En forma espontánea la tabla se raja por donde es más débil y coge la línea más sinuosa para partirse en bellas figuras aleatorias.  El único que raja una tabla en línea recta es el carpintero; el funcionario de nuestra burocracia oficial, que maneja bien el serrucho, es incapaz de hacer lo del carpintero; lo hace mejor.

La acepción que le da un magistrado de las altas cortes es, en forma burda, de modo ordinario.  Así, por ejemplo, si le preguntan por una investigación a punto de culminar, el hombre de las leyes utiliza la muletilla para responder parcialmente, hasta donde se lo permite la reserva:

- Podría comentarle, a raja tabla, que ya tenemos el ochenta por ciento de los elementos de juicio para pasar al fallo definitivo-.

Que se atenga el sindicado a su nueva condición de condenado (¿o será que lo dejan libre con tantos muertos encima?).

De modo abrupto, como cuando se raja una tabla con un golpe karateca, podríamos intentar otra acepción: a raja tabla apareció la solución que, si no era la mejor, ante la escasez de ideas, nos puede servir.  La escasez de ideas es una pandemia que abarca a los malos gobiernos; esto se corrobora cuando se vuelven arrogantes porque no aceptan otras alternativas que las de los lamentables cerebros de sus escuderos.  Dejemos a un lado estas disquisiciones políticas que nos pueden comprometer en un cargo que no estamos buscando; mejor veamos lo que pasa en Popayán.

En nuestra ciudad, engalanada por humoristas espontáneos, pasamos muy sabroso cuando somos testigos de eventos graciosos que se dan todos los días y en cada parte.  Mario Perafán, quien era (ya está jubilado) odontólogo graduado con todas las de la ley (en la Universidad Nacional de Colombia, nada menos), posee además un excelente sentido del humor.  En cierta ocasión una señora quiso pordebajearlo diciendo, a raja tabla, que él era un dientero.  Mario refutó el sarcasmo dándole la razón a la dama:

- Claro, mi señora, trabajo el día entero-.